lunes, 2 de junio de 2014

"Mi vejiga no me permite ser el padrino en la boda"



Pues un día ha tardado mi suegro en elaborar este complejo argumento para chantajear a Teresa con vistas a que ceda en lo de hacer de la boda un evento de networking para sexagenarios. No se puede decir que sea una excusa cualquiera y, dado que la próstata a veces juega malas pasadas a la gente de su edad, hay que reconocer que se ha currado esta  razón a medio camino entre la profecía autocumplida y la falacia post hoc. Resultado después de que se lo dijera por teléfono mi suegra: nueva llantina de mi pareja. Teresa no quiere que vayan la mayor parte de los conocidos que tiene su padre en el pueblo porque dice que son desconocidos en el mejor de los casos y gentuza en el peor.

Le he dejado caer una vez más que a mí no me importaría una boda sencilla con familiares directos y amigos íntimos, pero no ha colado; le he dicho entonces que su padre todavía está digiriendo la noticia y que ya cederá, sin embargo me ha advertido que no cree que eso ocurra porque es muy cabezota; he intentado consolarla diciéndole que si su padre no entra en razón solo admitiremos a sus invitados si asume todos sus gastos... aquí al final ha aceptado la posibilidad de que vengan, pero solo si mi suegro paga toda la boda. Me parece algo poco factible, pero por lo menos ya hay un resquicio de esperanza.

Todavía no han llamado del hotel que le gustó tanto para darnos presupuesto, cosa de la que me alegro sumamente porque estoy convencido de que esto va a ser otra fuente de tensión, en este caso entre ella y yo.

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